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La demencia es un conjunto de síntomas que afecta a la disminución de las funciones cotidianas como son: el lenguaje, la memoria, el juicio, la percepción y el razonamiento.
El diagnóstico se determina cuando se ven afectadas las capacidades intelectuales de forma completa o parcial, entre dos o más.
La demencia senil se divide en 7 fases. Se dice que todas las personas están en la fase 1. Esta es la normalidad. Donde no hay síntomas ni enfermedad.
Demencia senil leve: síntomas
La demencia senil leve debe ser apreciada cuanto antes para empezar tratamientos que hagan mejorar a la persona y frenar su avance. Y como hay varias fases, conviene desglosarlas y estudiarlas bien para saber cómo actuar. Está en nuestra mano tomar medidas tempranas.
La demencia senil leve comprende las fases 2, 3 y 4.
La fase 2 todavía no se puede considerar como que pueden estar presentes todos los síntomas, pero es el comienzo del declive del funcionamiento intelectual. Puede haber olvido normal asociado con el envejecimiento. Este incluiría olvidar algunos nombres y de donde se ubican los objetos familiares. La memoria a corto plazo. La mayoría de estos síntomas no son evidentes para los seres queridos ni el médico. Se toman como olvidos normales que puede tener cualquiera.
La fase 3 es el avance. La falta de memoria es creciente, hay una dificultad leve para concentrarse y en ocasiones no se encuentran las palabras correctas. Los seres queridos pueden empezar a notar que algo anda mal y es cuando hay que acudir a la consulta médica.
En la fase 4 ya se puede empezar a hablar de una etapa temprana de demencia senil. Se puede manifestar alguna enfermedad que curse con los síntomas. En esta etapa, los médicos detectan que hay problemas.
Demencia senil moderada: síntomas
La demencia senil moderada es el conjunto de síntomas del deterioro de las capacidades intelectuales cuando ya han avanzado desde la fase inicial y pueden estar asociados a alguna enfermedad. A partir de este momento se necesita un diagnóstico, terapias, ayuda en el hogar y paciencia.
Hay varios tipos de escala para determinar el momento en el que se está sufriendo demencia senil. Según la Escala de Reisberg, los síntomas de demencia senil moderada pertenecen a las fases 5 y 6 de las 7 en total que hay.
Fase 5: El declive es bastante acusado. La duración promedio de esta fase de estima en un año y medio. Comienzan las deficiencias serias de memoria. El paciente requiere de ayuda a completar las actividades diarias más básicas (vestirse, bañarse y preparar la comida). La pérdida de la memoria se destaca más que antes y puede incluir aspectos importantes de la vida actual (la casa, sus estancias y su emplazamiento). También se pierde la memoria temporal y espacial al no saber qué hora es ni qué día ni donde está exactamente.
Fase 6: Se estima que la duración de esta fase es de dos años y medio. Parte de este tiempo es la entrada en la etapa avanzada de la demencia. Los afectados requieren ayuda extensiva y cuidados diarios. Se olvidan los nombres de los miembros de la familia y la memoria a corto plazo está afectada, incluso los recuerdos. Hay síntomas físicos como incontinencia (de vejiga y de intestinos). En la etapa más avanzada hay cambios de la personalidad tales como el delirio, las compulsiones y agitación.
Demencia senil avanzada: Síntomas
La demencia senil avanzada es la etapa final de los síntomas y de la enfermedad. Son los de mayor gravedad y los que hay que tratar como se pueda. No para frenarlos, porque no es posible, sino para que la persona se sienta más cómoda y tenga más calidad de vida.
La fase 7 de la escala Reisberg: deterioro grave. Es difícil distinguir la parte final de la fase seis y el comienzo de la siete. El deterioro del enfermo es tan avanzado, que necesita de la ayuda de los demás para sobrevivir. No para realizar tareas básicas, sino cualquier tarea. Se pierden las habilidades motoras por completo y ha de pasar el día en cama y silla de ruedas. El enfermo solo podrá dar unos pasos y será para realizar ese cambio, de tumbado a sentado y con ayuda en todo momento.
La deglución también se pierde. El enfermo necesita de una pajita o ayudas mecánicas para poder nutrirse y tomar alimentos. Intentar alimentar a una persona en este estado puede causarle crisis de agresividad. En los últimos momentos se necesita la nutrición parenteral. La pérdida de control de esfínteres es completa, puede que desde la fase anterior, y es necesario el uso de pañales para adultos y extremar la higiene.
Por lo general, el afectado no reconoce a los familiares más cercanos. Y ni siquiera a él mismo en muchas ocasiones. La capacidad de comunicarse se va perdiendo hasta que es incapaz de mantener una conversación. Quizá diga alguna palabra para comunicarse, pero al final acaba en silencio. La capacidad de sonreír es una de las últimas que pierde, pero también es barrida por la demencia.
En caso de que sientas que tu memoria no es lo que era, puedes probar diferentes test para comprobar en qué estado se encuentra tu memoria.