Cuando las necesidades básicas están cubiertas, es el momento de atender otras circunstancias. ¡El bienestar emocional! Pero, no te preocupes, hacer feliz a una persona con Alzheimer es más fácil de lo que crees. Y, más enriquecedor, porque tú también te sentirás mejor.

Para hacer feliz a una persona con alzheimer hay una receta básica y nada original, mucho cariño y comprensión. Pero, ¿cómo se da forma en el día a día a esa realidad? Te proponemos algunas ideas que te sirvan de orientación.

Gestos sencillos para hacer feliz a una persona con alzheimer

Nos hemos comprometido a simplificar este asunto y, en consecuencia, lo primero es proponerte unos puntos muy prácticos que van enfocados a que mejores la comunicación con el enfermo de alzheimer. Que no te parezcan intrascendentes porque son técnicas aconsejadas por expertos:

• Genera un ambiente tranquilo y confortable a su alrededor. Evita especialmente los ruidos, pero también las luces deslumbrantes o las distracciones. Es una forma de que la conversación fluya mejor, pero también de que tu familiar se sienta el centro de tu atención.
• El humor es la mejor de las terapias. Saca tu lado más divertido incluso si tienes que rectificarle una mala actuación. ¡Nada como una broma o unas risas para hacer feliz a una persona con alzheimer!
• Sé expresivo y cercano. Un abrazo según llegas, un beso al despedirte y un rostro relajado son tus mejores herramientas para demostrar tu interés y las ganas que tienes de estar con él.
• Pide su opinión y tenla en cuenta. No tienes delante a un niño pequeño obligado a obedecerte. Se puede conseguir el mismo objetivo por distintos caminos y con menos conflictividad. Por ejemplo, más que importarte el horario lo esencial es que se duche. Adaptarte a sus preferencias puede ser más que razonable.

Recuerda a la persona que era antes

Es cierto que os enfrentáis a una enfermedad cruel porque parece que destruye la esencia de la quién la padece. Sin embargo no olvides que, incluso en los momentos finales, es la misma persona. Mucho más durante las primeras etapas. Es muy normal que estos pacientes reivindiquen que siguen estando ahí, que les siguen gustando las mismas cosas, que sus gustos no han cambiado.

Hacer feliz a una persona con alzheimer pasa por identificarlos como interlocutores, como agentes activos de su realidad. Ser un enfermo no es lo que les define. Claro que se van a mermar algunas de sus facultades, pero necesitan que se reconozca que son algo más que sus olvidos o cambios de humor. No hay nada que les duela más que sentirse apartados, cosificados o no tenidos en cuenta. Potencia que tu familiar siga participando en actividades y decisiones, si no en la misma medida que antes, al menos de forma satisfactoria para él.

Es sorprendente, hacer feliz a una persona con Alzheimer es más fácil de lo que crees. Como expertos en cuidados y asesoramiento te ofrecemos todo nuestro apoyo para que aún te resulte más sencillo. ¡Merece la pena!