La definición de “juego de mesa” más común es la de un tipo de juego que consta de un tablero y fichas de diferentes formas y colores.
El hecho de tener un tablero es lo que implica que se necesite una superficie plana para llevar a cabo el juego y la comodidad nos lleva a aquello que le da el nombre que lo diferencia de otros juegos: la mesa.
Cada juego tiene sus reglas y esas reglas también pueden variar ligeramente de unos jugadores a otros (“en mi casa jugamos así”) y pueden participar en los juegos una o más personas.
Generalmente, los juegos de mesa no requieren una gran actividad física, y aunque algunos se basan en el simple y puro azar, la mayoría de los juegos de mesa comparten que se solicita el uso de la estrategia, el razonamiento lógico y táctico, la coordinación, la memoria, la destreza manual y la capacidad deductiva entre otras muchas.
Objetivo de los juegos de mesa
Esta variedad de habilidades requeridas en los juegos de mesa es lo que ha de llevarnos a preguntarnos cuál es el objetivo que buscamos a la hora de comprar o usar un juego de mesa destinado los adultos mayores:
- ¿Potenciar/mantener la memoria?
- ¿Trabajar la atención?
- ¿Fomentar la interacción social?
También depende si el juego de mesa se compra de manera individual o se utiliza en un centro especializado.
Y el mundo de los juegos de mesa es amplísimo, pero en este artículo nos vamos a centrar en lo que representan los juegos de mesa para los adultos mayores que presentan algún tipo de déficit de memoria o patología común en personas de edad avanzada, para facilitar así la búsqueda a las personas que estén interesadas en adquirir el adecuado.
Juegos recomendados
Dominó
Es un juego muy conocido, que tiene una premisa muy sencilla y que todos conocemos, pero que además requiere estrategia si se quiere tener posibilidades de ganar.
Se puede jugar solo o en compañía.
Una variante es la de separar las piezas según el número de círculos que tienen en su parte blanca (por ejemplo, poner todas las piezas con una mitad de seis puntos juntas).
Cuando el deterioro cognitivo es demasiado avanzado para poder llevar a cabo el juego con las piezas tradicionales, existen versiones con dibujos que les puede facilitar la tarea.
Memory
Éste es el típico juego de dar la vuelta a las cartas y encontrar la pareja.
A parte de divertido, su función más evidente (teniendo en cuenta su nombre) es la de trabajar la memoria.
La cuestión aquí son sus variantes.
Tenemos juegos con imágenes de personas, de animales… si queremos aumentar la dificultad, existen juegos en que las parejas están formadas por una imagen y la palabra que describe esa imagen.
En este caso se trabaja también la lecto-escriptura de manera que se fomente su mantenimiento.
Y la versión más reciente que hemos visto es la de emparejar imágenes de personas que representan una emoción, y que, una vez se ha conseguido una pareja, hay que explicar un recuerdo o una situación en que sintió esa emoción.
Aquí, además de la memoria inmediata y de trabajo, se trabaja la memoria remota.
Parchis y La Oca
En estos juegos es necesario que haya una persona atenta para recordar la normativa aceptada por todos los participantes, pues encada casa se suele jugar con alguna norma cambiada.
Aquí, al igual que en el dominó, podemos esperar a que sea el azar el que nos brinde la victoria, pero también se requiere estrategia en caso de que los jugadores se lo tomen “más en serio”.
Y como en el memory, existe una versión de la oca en que todas las casillas que no son “OCAS” tienen un elemento que representa una emoción. Cuando la ficha cae en una de esas casillas, el dueño de la ficha ha de realizar una pequeña prueba relacionada con dicha emoción, como dar un abrazo al compañero de su derecha, cantar su canción preferida…
Damas y Ajedrez
Este juego, en personas diagnosticadas de demencia, es más complicado de aprender por primera vez, pero para las que ya jugaban antes, es un ejercicio muy bueno, ya jueguen solas contra sí mismas o en compañía, pues son muy conocidos sus beneficios porqué requiere estrategia, imaginación, habilidad psicomotriz y control de las emociones.
Bingo
Un clásico entre los clásicos.
El bingo gusta a casi todo el mundo, porqué es entretenido, no requiere mucha habilidad, es sencillo y se tiene la misma posibilidad que cualquier otro jugador de lograr el premio final (bingo) o el intermedio (línea).
En este juego se trabaja la atención inmediata y reciente, pues se ha de estar atento al número que acaba de salir y recordar casi todos los números de tu cartón para poner rápido la ficha.
Para que sea un juego adaptado a adultos mayores, las fichas han de ser grandes y fáciles de coger, y los cartones y los números impresos en ellos, de mayor tamaño de lo habitual para que les sea más fácil verlos.
Quien haga la función de cantar los números ha de hacerlos de manera clara y repetir los números unas tres veces.
El juego es aprendizaje. El juego es emoción. El juego es diversión. El juego es vida.
Hay muchos más juegos de mesa, como hemos comentado al inicio, que pueden gustar más o menos y trabajar más o menos emociones. Nuestra recomendación es que probéis a encontrar el idóneo para compartir momentos, no sirve de nada comprar el mejor juego de mesa destinado a la estimulación cognitiva si no atrae, si no gusta, y las personas que juegan no se ríen ni se emocionan.
En Facebook y otras redes sociales podéis encontrar información sobre los juegos de mesa que más fomentan la implicación de toda la familia, como “El Tercer Rincón de los Juegos de Mesa”.