En el momento en que un familiar próximo recibe un diagnóstico de Alzheimer (o cualquier enfermedad neurodegenerativa) conlleva un desbarajuste para todo el entorno, en especial para el cuidador principal. Cuidar a una persona con Alzheimer es una tarea difícil, ya que requiere de mucha atención y dedicación. El cuidador emprende necesariamente un camino que será largo, duro y difícil. Por esta razón es imprescindible que los cuidadores de personas con Alzheimer aprendan también a cuidar de sí mismos.
Bajo esta necesidad y con vocación de ayudar a sus iguales, se han ido formando diferentes asociaciones de familiares de enfermos de Alzheimer y otras demencias, que intentan ser próximas en lenguaje y espacio.
Dudas frecuentes sobre Alzheimer
Tras recibir la visita de un cuidador familiar, las asociaciones orientan sobre todas aquellas dudas o preguntas que suelen aparecer una vez su familiar ha sido diagnosticado. Las dudas más frecuentes son las siguientes:
- Nos han dado este diagnóstico, ¿y ahora qué? ¿Reorganizamos nuestra estructura familiar? ¿Debo dejar de trabajar para estar más cerca de él?
- ¿Es hereditario?
- A parte de los fármacos que nos ha dado el neurólogo, ¿podríamos hacer algo más?
- ¿Durante cuánto tiempo seguirá siendo él mismo?
Tal y como se observa, las dudas conllevan un grado importante de miedo, incertidumbre y desconocimiento; así que desde las asociaciones se proporciona información sobre:
- Recursos socio-sanitarios a nivel público: servicios sociales, Ley de dependencia, PUA…
- Servicios orientados al cuidador: asesoramiento sobre la enfermedad, formación, apoyo psicológico, asistencia social, ayudas técnicas, asesoramiento jurídico…
- Servicios destinados al enfermo: talleres de estimulación cognitiva.